Zapotlán el Grande

El significado etimológico de Zapotlán es “lugar de frutos dulces y redondos”, que no necesariamente deben de ser zapotes. Sin embargo, por otro lado, según el Pbro. José María Arreola se refiere al centro ceremonial donde se le daba culto especial a la diosa Tzapotlatena, que es aquella que descubrió el arte de curar con emplastos de resina.

La historia del valle de Zapotlán se pierde en el polvo del tiempo casi en su totalidad. En la época prehispánica estábamos dominados unas veces por los de Colima y otras por los de Michoacán; hasta la llegada de los primeros peninsulares en el año de 1523.

El Zapotlán español fue fundado el día de la Asunción de Nuestra Señora, 15 de agosto, del año de 1533, por Fray Juan de Padilla, dejando construido un gran convento de religiosos de N. P. San Francisco, donde se estableció la primer escuela de música del Occidente Mexicano.

Para poder diferenciarnos de otros pueblos que ostentaban nuestro mismo nombre, nos pusieron el de Zapotlán “El Grande”, por ser el más grande de todos ellos; esto a partir de 1788. Al cumplir exactamente 68 años con ese nombre, nos impusieron el de Ciudad Guzmán, en memoria del Gral. Gordiano Guzmán, considerado el primer mártir de la Insurgencia.

Por la fatalidad de sufrir constantemente las inclemencias naturales, con los temblores y las erupciones del volcán, nace la fiesta en honor al santo patrono Sr. San José, a partir del 22 de octubre de 1749. La fiesta de San José, actualmente, constituye el núcleo de un mes de celebraciones que incluye, además de una feria de ganado, charreadas y palenques, bailes y múltiples diversiones, varios solemnes actos religiosos que culminan con una procesión pública. En esta procesión, las imágenes de San José y la Virgen María (en su advocación del Rosario), atraviesan la ciudad sobre unas enormes andas que son llevadas a cuestas por un grupo de indígenas. Las andas son precedidas de carros alegóricos que alternan con varios grupos de danzas indígenas, y la música de chirimía.

Zapotlán el Grande es considerada la "Atenas de Jalisco", ya que grandes personajes, de talla universal, han emergido de este terruño, como el muralista José Clemente Orozco, el sabio y científico José María Arreola, los compositores Consuelito Velázquez, José Rolón y Rubén Fuentes, el investigador Vicente Preciado Zacarías y el literato Juan José Arreola, por mencionar algunos.

Hablar del patrimonio edificado de Zapotlán el Grande, es hablar de la importancia social, política y económica que se desarrolla en nuestra ciudad desde la segunda mitad del siglo XIX, aspecto que ha contribuido a la solemnidad y esplendorosidad de sus construcciones desarrolladas en este milenario valle, y de cuyos resultados se manifiestan bellos edificios en estilo neoclásico, ecléctico, art nouveau, art deco y neogótico, principalmente. Sobresalen todos los inmuebles destinados al servicio religioso; además, la Presidencia Municipal, el Palacio de los Olotes, el Viejo Molino de “Las Peñas”, el Mercado Municipal, entre otros.

Dentro del patrimonio natural que se localiza en el municipio y sus inmediaciones sobresale su bella Laguna, Sitio Ramsar donde se practican una serie de deportes acuáticos y se puede encontrar una gran variedad de flora y fauna; el Parque Ecológico “Las Peñas”, con sus peculiares piedras de “Los Compadres”, que ostentan una riqueza de arte rupestre; y, por supuesto, el cercano Parque Nacional “Nevado Colima”, que durante los meses de enero y febrero luce blanco su picacho.

Zapotlán el Grande, al igual que cada localidad, por pequeña que sea, tiene grandes atractivos que la hacen única y envidiable, a tal grado que un simple paseo por sus calles, resulta ser ya un deleite para la ajena vista de nuestros visitantes, quienes impactados por sus bellezas naturales y culturales, así como por su gente, y atraídos por los cohetes de la feria y de las festividades patronales, han decidido radicar para siempre en esta señorial ciudad.

Fernando G. Castolo
Cronista Oficial de Zapotlán el Grande, Jalisco.